Pensados para dispararse automáticamente cuando se supera una temperatura máxima en el área donde se encuentran instalados. Muy útiles para aquellos espacios a los que no pueden acceder las personas en caso de conato de incendio, como es el caso de calderas o lugares muy calurosos debido a la actividad que se desarrolla en ellos.
El hecho de activarse automáticamente permite disponer de protección contra incendios durante 24 horas todos los días del año. Ya que al reaccionar ante la temperatura, son garantía de una seguridad constante en los espacios con mucho calor.